Aquí estuvieron

jueves, 6 de agosto de 2015

Sueños de lluvia

¿Será que necesitamos la tierra mojada para recordar cómo eramos cuando niños? ¿Será que necesitamos regresar? ¿Será que somos adictos a la nostalgia? o ¿Será que simplemente necesitamos lavar lo que no nos deja respirar? 
Lo que es natural te sanará, se llevará tus inseguridades que te carcomen como una enfermedad durante todas las estaciones. Seguro que lo que sangra por dentro culminará de llorar cuando no haya peros ni desaires. 
Ese gris tormento tiene algo particular, se describe por si solo, no necesita mucha vuelta, ni muchos poetas ansiosos buscando inspiración. 
Los pequeños detalles de la vida y la naturaleza nos van llenando de a poco el alma. 
También existen los gestos, eso que llamamos misterio que nos atrapa cada vez que nos encerramos en nuestra nube de inconformismo, o de creernos un zen y solo somos uno más en este camino. 
Hay algo que llamo trayecto, y es donde te encontras solo caminando esas calles que ya tienen más de mil pisadas con tu nombre, y aun así te parecen nuevos horizontes. 
Solemos gastar mil horas pensando en vez de hacer, pero si haríamos todo a la vez, ¿En que pensaríamos cuando ya todo esté hecho?
A veces me acuerdo en todo eso que prometiste, que prometimos, que prometí, ¿Donde quedó? Supongo que guardado en alguna caja de esas que nunca volveré a abrir.
Entonces para qué prometer si después no vas a esforzarte por seguir aquello que anhelabas. 
Otra vez nostalgia, otra vez lluvia, otra vez regresión. 
Cuando pare esa emoción de creer sentirte superior, vas a encontrar aquella caja con todas tus promesas, llenas de tierra y recuerdos del ayer. Cuando la abras no sabras que sentir, porque eso que resentiste te llenará el cuerpo de cenizas.  
Nadie quiere repetir, todos queremos sentir, y el que se despoja de todo es aquel que gana la batalla.
Yo solo quiero que nunca estropeemos lo que somos, porque cambiar cambia el clima, pero la esencia continuará siempre vigente.
No busco explicaciones, ni mentiras, ni otro balbuceo, tampoco aquel "ya no te quiero". 
El que no se toma en serio el amor vivirá contando los días para poder complacer aquello que le falta, y cuando no haya nadie para brindárselo, recordará aquel día en que los vidrios estaban empañados pero no por la lluvia, sino por la nostalgia de querer enredarse en la cama y solo encontrar números baratos de una noche.
Sigue lloviendo adentro y fuera de la habitación, las fotos siguen flotando como las palabras que me quedé con ganas de decir. Por suerte puedo escribir.
Quiero abrazar esa energía que la lluvia transforma en música. 
Quisiera ser mejor en mis sueños que sueño cuando recorro el mundo de tu piel que imagino. 
Quisiera darme lo que merezco para que me pagues con reciprocidad, pero ya vemos que las personas son impredecibles como el clima. 
Así elijas mis sueños de lluvia, u otros sueños con mejor color, siempre que mires al cielo gris recordaras que la nostalgia que quise describir, tenía más que ver con vos que con mis suplicios. 
Voy a dejar que el agua corra a donde tenga que ir..



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