Aquí estuvieron

martes, 14 de julio de 2015

Sexo

Nada parecidos, nada iguales, todos en distintos lugares esperando encontrarse.
Esperan dejar de esperar. Se atraen porque son diferentes, se desean porque saben que está prohibido, no quieren estar solos, solo quieren ser felices mientras cae la noche. 
Se encuentran desnudos bañados por la luna, dejan todo de lado, se aman y se odian dentro del espesor de la cama, que se convierte en nada en el momento que ven el sol. 
Se miran, se ven, se encuentran, se ríen y se van, hasta volver a soñarse en la misma esquina donde creyeron olvidarse de todo.
No piensan, solo quieren que todo parezca más lindo, donde nada es prohibido, ni lejano, donde se sienten más cercanos, donde nada los ata, donde la rutina no los mata. 
Seguro no lleguen a nada, quizás mañana no se vean más, quizás el tiempo se convierta en algo que los aleje más y más. Mientras tanto en el camino a casa se preguntan si valdrá la pena, si mañana se volverán a hablar, pero esas cosas se dan o no, no hace falta mirar para atrás cada vez que caminas.
Los opuestos se atraen, sino terminan como amigos, hay algo en ellos que no se apaga, y es ese fuego que los atrapa a querer cada vez más. 

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