Aquí estuvieron

lunes, 13 de julio de 2015

Qué

Que las noches fueron hechas para decir cosas que de día no nos animamos a decir. Que los días fueron hechos para sentir que estás a mil, y que hay algo funcionando inconscientemente que te mantiene despierto como una inyección de adrenalina. Que de noche quiero que te quedes en mi cabeza como el último pensamiento antes de dormir. Que te quiero soñar de día para manifestarte de noche, porque estás lejos y no me alcanza el tiempo, ni la velocidad para encontrarte. Que de día miro el sol que me pega en la cara como esa monotonía de que suene el despertador para hacer cosas que no quiero hacer. Que de noche con incentivos llego a esa forma de ponerte en aleatorio y encontrarte en distintas formas, cambiando continuamente. Yo no sabía que estabas tan triste hasta que te miré simbólicamente. Esta semana encontré una canción que me hace acordar a muchas etapas de mi vida, y no puedo parar de repetirla. Eso de que estoy enamorada del mundo reflejado en los ojos del que se queda al día siguiente. Eso de que nos rompemos tantas veces para volver a unirnos, y vemos los pedazos de nosotros flotando en fotos que pegan la herida. Sabes que siempre fue esperar y ver, hasta quedarte dormido. No somos sistemáticos, a veces es una mierda y a veces es lo mejor, eso depende de como lo veas. Yo podría ser otra tonta o la excepción a la regla, o vos podrías ser aquello que no puedo encontrar, decime vos. Probablemente siempre sea la última en enterarme, como siempre, lejos, lejano como mirar por el espejo retrovisor de la vida. Que somos planetas sintiendo espasmos. Que no podemos grabar esos momentos que no queremos olvidar y los vamos suplantando por nuevos que no son tan interesantes. No me gusta interrumpir, pero no puedo quedarme esperando por siempre. Quema. Quedé en encontrarme, quedé en encontrarte, pero todavía sigo buscando.

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